Por: Juliana Sosa Góngora
Para llegar al Festival de Babyvoleibol Comfama los equipos del Club Montessori de Cúcuta en las categorías Mini y Benjamín superaron la ardua fase de clasificación y casi doce horas de viaje por carretera desde la capital de Norte de Santander hasta Medellín. La alegría de la primera participación en el torneo contrastó con las lágrimas por la derrota de las vestidas de azul claro.
“La ansiedad fue bastante y tuvimos algunos inconvenientes por su nerviosismo”, reconoció el entrenador William Sayago. Sin embargo, trató de tranquilizarlas y le recordó a las niñas que están en competencia por sus propios méritos, las invitó a divertirse y a soñar con mejorar su papel en las siguientes ediciones.
“Yo sentía un vacío en el estómago y todas estábamos agarradas de las manos. Es emocionante y a la vez da nervios, pero la verdad es muy chévere”, contó Julieth Valentina Vale. Con tan solo diez años tiene claro lo que le gusta y trata de rendir tanto en lo académico como en lo deportivo.
“Cuando uno hace dos cosas a la vez y son importantes debe mantener el balance, para eso se necesita disciplina”, afirmó la estudiante de primer grado, quien cambió el fútbol por el voleibol y no se arrepiente porque encontró un grupo de amigas. “Lo que queremos no es ganarle a todos los equipos, sino aprender a entendernos dentro de la cancha”, concluyó.
