Por: Luisa Fernanda Alzate Sánchez
Fotografía por: Andrés Henao
Cristian Zuleta Jaramillo, de 10 años, eligió el patinaje como su deporte favorito gracias a que su tía, dos años mayor que él “patinaba de tiempo atrás y mis papás me mostraron un video de ella con sus patines. Entonces, quise hacer lo mismo”.
Fue como sus padres le regalaron unos patines de recreación y “como la cosa iba en serio”, agrega, él mismo empezó a considerarlos como “muy feítos y muy malitos, y sentía que no podía avanzar”. Sin embargo, entrenó pacientemente con ellos y gracias a estos fue aprendiendo los saberes del patinaje.
El tiempo pasó y el entrenador del equipo de Anorí con quien Cristián se formaba, vio avances y “un día me grabó un video de una prueba y como que se lo mandó a un patinador muy grande, que se llama Diego algo…y ¡pum!”.
Otro día cualquiera, llegó un regalo para Cristian: eran unos patines profesionales acompañados con un video de respuesta en el que aparecía Diego Posada, patinador profesional, en el que le decía a Cristián que “tomara el regalo para que fuera grande y campeón”.
Gracias a esos patines, Cristian ha podido participar dos veces consecutivas en el Festival Babypatinaje, y en esta segunda ocasión como representante del Equipo Cochise Rodríguez, se siente “más experimentado y tranquilo” y también “muy agradecido con Diego que me hizo feliz, y confío en mí y en mi talento”.