Valentina, entre mallas y notas musicales

8 enero, 2018


Autor: Alejandro Rave Franco
Fotografo: Andrés Ángel

La genética define muchos rasgos en la personalidad de las personas, los gustos por ciertas actividades y características físicas entre muchas otras. Un vivo ejemplo de esto es Valentina Báez Aparicio, oriunda de Barichara, Santander, y participante de la versión número doce del Festival de Voleibol y quien con 11 años ya ha participado en 3 versiones diferentes del evento.

Su padre fue jugador de esta disciplina en su juventud y aún lo practica de manera recreativa. Fue él quien precisamente llevó a Valentina a ver un partido de voleibol y allí el deporte entró en sus gustos y hoy le regalan experiencias para toda la vida. “Disfruto mucho del volei porque me da la oportunidad de divertirme mientras me ejercito, además de conocer otras ciudades y personas y ver como juegan en diferentes regiones” afirma Valentina, quien ha logrado consagrase campeona municipal y en diferentes torneos en su natal departamento santandereano.

El canto y la música también hacen parte de la vida de Valentina: su mamá -y en su mayoría la familia materna-, son dedicados al arte musical… de allí la herencia que tiene la pequeña voleibolista por las notas musicales y la afinación vocal. “Cantar es una gran pasión que tengo, disfruto mucho cantando en el coro y acompañando a mi mamá en misas, pero también disfruto cantar baladas y pop” añade la niña quien también ha tocado instrumentos como el violín, la flauta, clarinete y piano.

Aunque Valentina tiene vena musical y herencia deportiva, en estos momentos ella se decanta por seguir creciendo en el deporte: “Yo espero poder ganar un buen lugar en el Festival de Voleibol y poder seguir haciendo méritos para ser jugadora profesional”, asegura la niña quien ha jugado en las dos categorías que tiene el festival y que ve en el voleibol una forma de vivir.