Por: Verónica Múnera Ramírez
Esteban Matiz dice que ama correr, quizá por eso decidió elegir el voleibol como el deporte que practicaría. Cuenta también que en sus manos tiene muchas habilidades, por eso mismo pensó en repartir ese talento entre su deporte y el piano.
Su padre es músico de toda la vida y fue gracias a él que Esteban descubrió que el sonido que generaba el piano le agradaba, no solo por las hermosas melodías que pueden ser interpretadas en él, sino porque le gusta descubrir en cada nota un mundo nuevo: “lo que más me gusta es tocar y que a alguien le guste mi música, porque uno se siente admirado”, afirmó el pequeño.
Con 12 años, 5 de ellos dedicados a estas dos actividades, Esteban quiere convertirse en una revelación de la música y por supuesto llegar tan lejos como pueda con el voleibol. Él tiene una ventaja sobre muchos niños de su edad que quisieran hacer varias cosas, pues su maestro de piano es su propio padre y el voleibol lo practica en el colegio donde estudia en Bogotá, el Liceo Boston.
Esteban solo espera que el talento con el que nació en sus manos lo lleve a un equipo profesional en el voleibol y logre destacarse, y que el piano lo convierta, por qué no, en un intérprete famoso y muy reconocido.